14. LA EDUCACIÓN COMO TRATAMIENTO TRASCENDENTE
        Para cada uno de nosotros, en tanto seres humanos , vivir  siempre debió consistir en  ejercer a plenitud  nuestro sagrado designio  trascendente de re-crearnos  virtuosamente para re-crear  nuestro entorno en bien propio y ajeno; en tanto que  educarnos  sería  ejercitarnos para el ejercicio de la vida  en el laboratorio  mismo del entorno naturosocial  que nos ofrece todo , desde lo más sencillo y accesible hasta lo más complejo, remoto o enigmático, para descifrarlo, interpretarlo y perfeccionarlo gratificante y edificativamente.       Esa constante y cuidadosa ejercitación constituye el PROCESO  por excelencia que permite el paulatino y armónico desarrollo de nuestras potencialidades  el cual es, incuestionablemente, único e irrepetible en cada individuo, no obstante que este tratamiento formativo es necesariamente colectivo, dada la gregaria naturaleza humana y la diversidad y complementariedad de las virtudes indi...