9. EDUCACIÓN, ACTITUD Y APTITUD

     El hombre, para emprender su sagrado designio de realizarse y trascender como ser HUMANO, asume, con amor, sabiduría y valor, el crucial y sublime reto de desarrollar la fundamental urdimbre de sus actitudes y a ella ir incorporando, paulatina y cuidadosamente, la primorosa trama de sus aptitudes en el virtuoso telar de la educación.
     En tal sentido, la auténtica formación humana debe darse sobre sus dos sustentos imprescindibles: Desarrollo de actitudes y construcción de aptitudes. Lo demás es adiestramiento o enajenación para cualquier forma de manipulación, contrarios a los roles de la humana formación y su complementario insumo logístico que es la virtuosa instrucción o información humanizante.

a. EDUCACIÓN DE LAS ACTITUDES
     Nuestra actitud es nuestra manera de ser o actuar en determinada situación, circunstancia o contingencia que se tenga que vivir, resolver o afrontar. Es la manifiesta disposición de nuestro ánimo en las interacciones con el entorno naturosocial.
     Educarnos es, fundamentalmente, formar nuestra actitud de bien, la que nos motiva y predispone a obrar humanamente, sin perjudicarnos y sin dañar a nadie ni a nada.
     En la sociedad humana, en todo ámbito y momento, cualquiera que sea nuestro quehacer, cometido o función, las actitudes están orientadas por valores y regidas por normas de sana convivencia.
     La vida humana es la perfectible formalización de humanas actitudes. De esta formalización se encarga la EDUCACIÓN y de su estricta observancia se encarga, en última instancia, la JUSTICIA.
     La educación orienta, la justicia rige; la primera es preventiva, la segunda correctiva. La educación nos forma, siempre, con amor; la justicia nos reforma, en todos los casos, por amor, pero con rectitud.
     La educación para ser tal no debe dejar opción alguna a la malicia destructora de toda virtud humana. Ni la justicia debe dejar margen alguno a la impunidad. Toda castigo debe ser creativamente productivo y regenerador, por consiguiente, humano.
     El merecido premio y el justo castigo  son las dos caras de la medalla del bien y se otorgan por justicia y con justeza. Los premios y castigos injustos e inoportunos son totalmente contraproducentes.
     Cuanto más concienzuda sea la educación menos frecuentes y relevantes se harán los castigos, con lo que el premio pasará a ser la REGLA GENERAL Y CONSTANTE y el castigo, la mínima EXCEPCIÓN que sólo la confirma.
     Todo ser humano, hasta el más duro y frío, es suscelpible de ser regenerado, si logramos entrar en su CORAZÓN. 
     En las sociedades en las que ingenua y totalmente se ha abolido la debida punición para los casos de vulneración de los límites del comportamiento infantil y juvenil el resultado es la descomposición social evidenciada en la perdición, 
corrupción y delincuencia tan
generalizadas y vertiginosas .

EDUCACIÓN PARA LA VIVENCIA Y CONVIVENCIA:

     Nos educamos, motivando y orientando nuestras actitudes, para el logro de una sana vivencia y humana convivencia.
EDUCACIÓN PARA LA SANA VIVENCIA
     Siendo el humano una complejidad somatoespiritual y el recién nacido la criatura más inerme y desvalida en anbos aspectos, biológico y sicológico, se hace crucial, desde un inicio, el prodigarle constantemente calor espiritual, protección y atención en todas sus necesidades vitales.
     En atención a la importancia de un debido tratamiento integral de la emergencia somatoespiritual humana es que proponemos la REFUNDACIÓN DE LAS AUTÉNTICAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN que en sinergia atenderán los requerimientos de la delicada entelequia inicial humana. Las materias educativas se circunscriben en el rubro de Educación para la Alimentación y la Salud y que se deben planificar y ejecutar con la finalidad de formar sanos hábitos de consumo. Recordemos que cada individuo es estrictamente lo que consume orgánica y espiritualmente.

EDUCACIÓN PARA LA HUMANA CONVIVENCIA
     Siendo el humano un ser AFECTIVO por excelencia es imprescindible, para garantizar su humana convivencia, una Educación de los Afectos y las Emociones, pues si el hombre no se ama, no es digno; y si no ama a los demás, no vale como humano. Educarse es formarse para la dignificación de sí mismo y para honrar todo cuanto hace.
     La educación verdadera alienta y perfecciona todas las virtudes humanas e inhibe y reorienta toda malicia deshumanizante.
     La Educación de los Afectos y Emociones debe incidir en la práctica voluntaria y constante de los hábitos de afán de superación
, fortaleza anímica, veracidad, obediencia, honradez, empatía, ayuda mutua, solidaridad, respeto, tolerancia y vocación de servicio, todo lo cual irá consolidando la autoestima y la consciente consideración por el entorno social y natural.
     La educación tanto de la sana vivencia como de la buena convivencia deben dejar de ser solo teóricas e impositivas para convertirse, como actos cotidianos espontáneos, en experiencias vitales gratificantes.

b. EDUCACIÓN DE LAS APTITUDES
     Es el perfeccionamiento de nuestras facultades de asimilación de la realidad natural, social y cultural para la construcción de un bagaje perfectible de experiencias que constituyan una conciencia propia y del entorno y que coadyuven a fortalecer nuestra humana actitud para vivir en paz con nosotros mismos y en armonía con las demás entidades de la sociedad y la Natura.
     La educación nos hace aptos en el saber no como fin sino como valiosa provisión de insumos para un pensar creativo y un hacer edificativo, pues sólo así quedan garantizados el autovalimiento y autorrealización 
nuestros como factores liberadores, dignificantes, humanizantes y, por tanto, trascendentes.
     Este segundo aspecto educacional consiste en la construcción de las aptitudesMetacognitivas, cognitivas humanas, naturales y sociales; lingüísticas, lógico-matemáticas;  artísticas, especulativas y de interpretación de eventos enigmáticos. 
     Toda acción educativa debe ser un formativotrascendente acto afectivo, necesariamente vivencial, ameno y gratificante creativamente protagonizado siempre por todos los educandos.
   Todo ser humano, sin excepción, APRENDE, indefectiblemente, todo lo que le atrae, emociona y tiene sentido para él. Todo tiene sentido y se entiende cabalmente por el CONTEXTO.  
     Integradas las aptitudes a las actitudes por una nueva educación constituirá la forja de un auténtico ser humano para la edificación de una verdadera sociedad.

     NOTA: Debemos remarcar que de lo que aquí se trata es de REFUNDAR LAS VERDADERAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, MALICIOSAMENTE IGNORADAS O TERGIVERSADAS desde hace milenios por intereses mezquinos. La vieja escuela HUMANAMENTE es una estafa.

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