3. EL SISTEMA EDUCACIONAL: Una Sinergia

     La NATURA u Holontos (holos: totalidad y ontos: ser) está constituida de las más diversas formas de ENERGÍA de las cuales una parte muy apreciable, cada ciertos miles de millones de años, se va organizando paulatinamente, desde lo más elemental, en entidades de MATERIA cada vez más complejas hasta formar el COSMOS (orden) el cual en su devenir madura se envejece, se satura o degenera empezando su desorganización involucionando a CAOS (desorden) hasta disolverse volviendo a su primigenio estado de energía para empezar un nuevo ciclo.
     La infinita alternancia cíclica entre cosmos y caos es paulatina, salvo que algún agente o accidente la acelere o precipite.
     La organización del Cosmos empieza así desde las más simples SYMPLOKÉS (engranajes de elementos cósmicos interrelacionados directa o indirectamente) que poco a poco van integrándose en symplokés de entidades cada vez más complejas hasta integrar la Gran Symploké Cósmica (Symploké de symplokés o engranaje de engranajes). (Más adelante ampliaremos lo concerniente al Holontos o "El Todo").
     El SER HUMANO, como última, más acabada e importante symploké de esta parte del Cosmos, ha sido privilegiado con la virtud de recrearse y recrear todo lo que está a su alcance, pues todo en el Cosmos es perfectible (aunque a la vez deteriorable, por contraste).
     Todas las entidades de la Natura, y hasta los sucesos, constituyen symplokés más o menos complejas las que el hombre está llamado a conocerlas concienzudamente si quiere recrearlas responsablemente para convivir en armonía con ellas.
     La mejor manera de tratar una symploké (sistema real de entidades) es conocerla y comprenderla lo mejor posible para poder aplicarla la más apropiada SINERGIA (sistema de estrategias, recursos e instrumentos de cambio) y así lograr convertirla en la anhelada entelequia (sistema ideal de entidades).
      La condición es que la sinergia de tratamiento sea totalmente compatible con la symploké materia de recreación.
     El SER HUMANO es la más maravillosa symploké de esta parte de la inmensa Natura.

     La EDUCACIÓN VERDADERA es una sinergia de actitudes (mística, apostolado), aptitudes (conocimientos, métodos) y recursos (materiales e instrumentos) que motivan y propician el DESARROLLO Y REALIZACIÓN DEL DESIGNIO de la promisoriamente perfectible SYMPLOKÉ HUMANA para ungirla como ENTELEQUIA, protagonista edificativa del entorno natural y cultural.

     La Educación Trascendente es, además, la única capaz de SUBLIMAR hasta las más perversas inclinaciones que, excepcionalmente por descuido o accidente, pretenden trastrocar las bondades de la Condición Humana.
LA SINERGIA EDUCACIONAL

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EL HECHO EDUCACIONAL.- 

      El Hecho Educacional se verifica en la Dialéctica Educabilidad/Educatividad que se diagnostica con el Sistema de Cuestiones Educacionales(Fig.I), se estudia con el auxilio de las Ciencias Educacionales(Fig.II) y se le da el debido tratamiento propiciando una Sinergia de todos los Componentes Educacionales(Fig.III). logrando así, a partir de cada symploké humana inicial, symplokés cada vez más humanas en busca de la entelequia humana.  

1.- ¿QUIÉNES EDUCAMOS?

PRINCIPIO PROPEDÉUTICO EDUCACIONAL(o de educatividad):

     Todos, con nuestras actitudes y aptitudes, educamos, pero principalmente lo hacemos los padres y mayores y, especialmente, los docentes(humanamente formados).

Todos, incluidos los propios educandos, pertenecemos al entorno social educativo.

     El educador es un facilitador personalmente dispuesto (con actitud) y profesionalmente preparado (con aptitud) que todo lo planifica meticulosamente, de no hacerlo le será imposible ir evaluando responsablemente su delicada misión. La planificación es el eje integrador de la sinergia educacionalacoplador de lo micro en lo macro y unificador del cortomediano y largo plazo.

     Hay que disponer cuidadosamente que todo aprendizaje siempre beneficie y nunca perjudique al desarrollo.

     Toda buena planificación es flexible y perfectible a la luz de su dialéctica con el entorno(contexto condicionante) y en atención a cada educando .

No hay educación confiable sin planificación verdadera.

     Todos los humanos podemos autoeducarnos.

2.- ¿A QUIÉNES EDUCAMOS?

PRINCIPIO ANTROPAGÓGICO (o de educabilidad):

     Todo ser humano de culquier edad es, esencial y vivencialmente, susceptible de ser educado (es educable), pero educamos primordial y formalmente a niños y adolescentes que componen los gupos etarios más propicios para acción formativa.

Los educandos son los protagonistas de la sinergia educacional.

     El infante, por ser la versión real más pura de la condición humana, es el referente por excelencia como punto de partida y proyección de toda empresa educacional seria; partir de los intereses del adulto, enajenado ya por la sociedad del conocimiento absorbida por el consumismo, es seguir perdidos en el laberinto de la deshumanización y cosificación.

     La educabilidad, sustentada en las potencialidades de la complejidad somato/espiritual del ser humano es su patrimonio, por tanto, la educación es antropocéntrica.

     Es indispensable y fundamental que se deba conocer suficientemente la situación somática, síquica y social de cada educando, sólo así se respetará y atenderá la individualidad y diversidad para orientarlas coherentemente hacia su realización personal y social. Todo educando debe vivir y disfrutar su aprendizaje.

     La educación no es privilegio de unos ni exclusión de otros.

3.- ¿QUÉ EDUCAMOS?

PRINCIPIO SOMATOSICAGÓGICO:

     Educamos(desarrollamos) la complejidad somato/espiritual del ser humano en su integralidad( realización de sus potencialidades) y en su interacción con el universo(trascendencia).

     Mientras la afectividad impulsa el desarrollo (exducere) la racionalidad permite el aprendizaje (educare) o asimilación del entorno naturosocial incorporando así las aptitudes a las actitudes y asegurando la identificación sujeto-contexto.

     ¡Para que el aprendizaje pueda adelantarnos de verdad es indispensable que el desarrollo nos eleve primero!

4.- ¿CÓMO EDUCAMOS?

PRINCIPIO MAYÉUTICO EDUCACIONAL:

     Educar es motivar y facilitar. Educaremos bien, si lo hacemos con amor y así todo será sencillo, bonito, bueno y útil. Educar es primero arte, luego ciencia.

     La didáctica, indispensable para el aprendizaje, es sólo parte importante de la mayéutica considerada como apostolado, estrategia y mística educativa, imprescindible como facilitadora de un genuino desarrollo humano.

     ¡La didáctica por sí sola siempre esculpirá hombres, mas sólo la mayéutica es capaz de propiciar el alumbramiento de espíritus humanos!

     ¡Primero el despliegue de las alas del bien y sólo después el vuelo de búsqueda de la verdad!

     Sólo vives feliz sabiendo convivir, pues vives muchísimo más profunda e intensamente la felicidad que das, que la que recibes, ya lo demás viene por añadidura. 

5.- ¿CON QUÉ EDUCAMOS?

PRINCIPIO LOGÍSTICO EDUCACIONAL:

     Todo en el Universo, material o inmaterial, es potencial y espontáneamente educativo. Todo en el entorno es capaz de atraer, emocionar e influir en el educando.

     Nuestro rol de motivadores, orientadores y facilitadores se hace más eficiente y eficaz con la pertinencia y utilidad que se le sepamos dar a la infinidad de recursos que ofrece el entorno.

     Toda verdadera comunidad educacional es productiva y creativa, por tanto, capaz de generar y/o adquirir sus propios recursos educativos fundamentales.

6.- ¿POR QUÉ EDUCAMOS?

PRINCIPIO HERMENÉUTICO EDUCACIONAL:

     Nos educamos porque el ser humano es una prodigiosa e impredecible potencialidad bsolutamente perfectible.

     El universo (holontos) es un complejo infinito de signos dentro de los que el ser humano destaca como importantísimo símbolo cuya interpretación, valoración y trascendencia sólo es posible por virtud de la educación.
     El ser humano que no se educa no vive, vegeta.

     La condición humana es perfectible por excelencia y la educación lo valida y verifica.

La educación libera y dignifica toda acción del hombre.

      Sin educación verdadera no hay actitud propiamente humana

7.- ¿PARA QUÉ EDUCAMOS?

PRINCIPIO TELEOLÓGICO EDUCACIONAL:

     Por designio natural, nos educamos para humanizarnos y así convivir en armonía con nuestros semejantes y en mutualidad con todas las entidades del universo constituyendo una comunidad con aspiraciones, realizaciones e ideales individuales y colectivos trascendentes.

8.-¿DÓNDE EDUCAMOS?

PRINCIPIO ECOLÓGICO EDUCACIONAL:

     Educamos y nos educamos en la vida misma (contexto ideal y material), sólo en ella la educación se desarrolla, se realiza y trasciende.

     La vida(cotidiana vivencia) tiene como inmediato laboratorio de humana vivencia a la escuela. Las aulas son un necesario e interesante complemento siempre abierto a la vida.

El entorno impregna al sujeto y éste transciende a aquél.

     La comunidad educacional garantiza un propicio clima institucional vital en una educación auténtica.

El clima es la energía generada por la virtuosa sinergia educacional.

     La escuela, como la planta, se identifica íntimamente con su medio y vive de él y para él. La escuela si no es un edén, no es tal.

     El niño se nutre de la educatividad del entorno.

9.- ¿CUÁNDO EDUCAMOS?

PRINCIPIO ANTROPOLÓGICO(Sicosociológico):

     La educabilidad está presente en el ser y qué hacer del hombre, por consiguiente, la educación es permanente. Hay que educar y educarnos siempre: la educación debe palpitar con la vida.

     La educación para el alma es como el oxígeno para el cuerpo.

 La educación, como tratamiento afectivo y consciente, debe administrarse en los momentos más oportunos, en los espacios más propicios y en las condiciones anímicas más auspiciosas en atención al desarrollo somato/espiritual de cada educando, a sus necesidades, intereses e ideales y tomando muy en cuenta las particularidades de cada entorno. 

10.- ¿CUÁNTO EDUCAMOS?

PRINCIPIO DE VALIDACIÓN EDUCACIONAL:

     Educamos, y nos educamos, todo lo humanamente posible. Las necesidades e ideales lo justifican, las potencialidades humanas lo garantizan, las experiencias adquiridas lo avalan y las realizaciones y producciones lo verifican y VALIDAN.
     Toda buena validación es permanente, pero siempre oportuna, estimulante y reforzadora.
     La tiranía de la evaluación tradicional que solo condenaba al educando, quedó atrás.
No hay educación trascendente con validación solo punible o intrascendente.
     La validación cuantifica, pero sobre todo fortalece y cualifica toda acción de previsión y verificación en cada experiencia del binomio docente-educando.
     Toda buena planificación es flexible y perfectible, a la luz de la dialéctica: sujeto determinante / entorno condicionante.
     La dialéctica: planificación/ validación aseguran la infinita ESPIRAL VIRTUOSA de la educación como TRASCENDENTE EXPERIENCIA DE VIDA.

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