8. COMPORTAMIENTO Y EDUCACIÓN
La EDUCACIÓN es la FORMALIZACIÓN de la VIDA HUMANA.
Esta formalización sólo es posible si facilitamos y orientamos debidamente el
DESARROLLO (desenvolvimiento, despliegue, progreso, avance, mejora,
perfeccionamiento) del COMPORTAMIENTO de la ENTELEQUIA HUMANA. Nuestra
conducta, según nos eduquemos o no, nos hace mejores o peores humanos. Pues
educarnos, en buena cuenta, es formar humanamente nuestro comportamiento. Lo demás es instrucción.
Ahora bien, el comportamiento tiene su razón de ser
y existir en la dialéctica sujeto/entorno. Es decir, nuestro comportamiento tiene que ver mucho en nuestras relaciones, primero de convivencia con los demás seres humanos, pues somos una especie necesariamente gregaria, social, y luego, por supuesto, de intervivencia con todas las demás entidades del entorno.
El sujeto, esa entelequia BIOESPIRITUAL (hardware/software
humano), es la consecuencia de su propio devenir filogénico/ontogénico (especie/individuo)
y a la vez prospecto perfectible de su trascendencia.
La Etología que interpreta el comportamiento
antroponatural (instintivo) y la Psicología que estudia la conducta
Antropoespiritual (consciente) nos invitan a instaurar, ya y de una vez por todas, la Biosicagogía como ciencia integral de la interpretación y orientación del
comportamiento humano, fundamento de una nueva y genuina educación.
El comportamiento de la Entelequia humana se
verifica en la dialéctica de sus tendencias regeneración/degeneración (bondad/ malicia) ya sea patente o latentemente.
La educación auténtica logra que el sujeto desarrolle su espiritual designio humano, su carencia o deficiencia hace que se frustre o aliene.
No olvidemos que la EDUCACIÓN es el único tratamiento preventivo de las distorsiones de la personalidad y problemas de socialización.
EDUCACIÓN es AUTORREGULCIÓN voluntaria, consciente, virtuosa, enaltecedora y dignificante.
Observaciones atentas y minuciosas de las más diversas vivencias grupales de niños por muchos años nos permitieron esbozar las siguientes conclusiones:
PERFIL DEL NIÑO GENEROSO:
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- Es puro
corazón, bondadoso hasta el sacrificio.
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- Predomina en él lo espiritual.
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- Es muy franco, sincero y carismático.
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- Las cosas para él son sólo un complemento y
valen para servirse y servir a los demás. Comparte u obsequia sus juguetes. Trata de arreglar todo por las buenas, se compadece de sus oponentes aunque tenga que perder o ser lastimado.
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- Le gusta el esfuerzo, desprecia las ventajas y
opta por el juego limpio y el mérito: Asimila
sufrimientos, remonta obstáculos, resuelve problemas y asume retos.
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Es creativo, espontáneo, optimista y desinteresado.
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PERFIL DEL NIÑO MODERADO:
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- Siente apego moderado por las cosas.
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- No es dadivoso ni tacaño.
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- Si recibe da. Si no es correspondido no vuelve
a dar.
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- Se apropia momentáneamente de los juguetes
ajenos sin esconderlos.
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- Es sumamente práctico.
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- Tiene gran sentido de la equidad pero no lucha
contra las injusticias adaptándose a las circunstancias.
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PERFIL DEL NIÑO MEZQUINO:
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- Para él las
cosas valen más que su propia persona.
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- Es el típico posesivo permanente y absoluto:
Nunca regala, poco presta y si lo hace es siempre a cambio de algo. Esconde
los juguetes ajenos para apropiarse. Es ventajista. Siempre quiere más de lo que le corresponde y se queja de todo.
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- En lo que es de uso colectivo se adelanta asegurándose
el uso o consumo primero, mayor o mejor y a veces total. Si no lo logra se hace el perjudicado para conseguir recompensa o justificar cualquier venganza.
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- Se obstina en que los aciertos aparezcan como
suyos y los yerros como de los demás. La figuración es su obsesión.
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- Es manipulador y, por conveniencia, pude ser sobón, hipócrita. Es el típico amo de la "viveza criolla". .
- No solamente goza de haber sacado ventaja, sino también del daño hecho. |
- Odia la sana competencia. Siempre ve a los demás como rivales. No se esfuerza en ascender por méritos pues le "basta bajar al rival” por cualquier medio. Odia a quien NO logra vencer o perjudicar.
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- Odia el juego limpio y el esfuerzo. Es descarado, cada vez con menos escrúpulos. En el futuro puede hacerse proclive a la corrupción o al delito.
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Condición ventajosa del niño generoso:
Su afán de servir desarrollará su INTELIGENCIA, esa virtuosa energía espiritual creadora y productiva que le anima y ayuda a solucionarlo y lograrlo todo, sin perjudicar a nadie ni dañar nada.
Condición de desventaja del niño mezquino:
Su afán de sólo servirse le hará desplegar su "HABILIDAD DEL ATAJO"(inteligencia perezosa), ese primitivo y mezquino impulso que le puede llevar a conseguir sus propósitos, FÁCIL Y RÁPIDO, por cualquier inescrupuloso atajo, a costa de los demás y hasta, claro está, a costa de su propia dignidad de bien.
Como la "viveza" da réditos inmediatos y ventajosos su facilismo atrae cada día más y más adeptos que enajenados creen que el esfuerzo, la honradez y la bondad son para los "tontos". Este primitivo y alarmante simplismo hace cada vez más urgente y necesaria una educación trascendente que humanice al individuo y a la sociedad, es decir, que nos ILUMINE, PERO QUE PRIMERO NOS SANE.IMPORTANTE:
Si nos ha sido dada una AFECTIVIDAD inmensa para una BONDAD infinita, ¿por qué no PONERLA EN SERVICIO, si a todos beneficia y a nadie ni a nada perjudica?
¿Es acaso la bondad una maldad timorata, débil o frustrada? Incuestionablemente NO. Al contrario: La
maldad es una bondad extraviada o dañada.
Que se convenzan los interesadamente errados y los pesimistas que la normalidad
es la bondad, por justa, necesaria y humanamente trascendente.
El ser humano vale por su comportamiento, el comportamiento por su bondad y la bondad por su trascendencia
y todo esto está garantizado por la educación humanizadora.
La educación, con amor y pertinencia, preserva, mantiene y potencia toda normalidad humana y detecta, aplaca, reorienta y revierte toda
anormalidad.
Una educación genuina nos garantiza el EJERCICIO PLENO de nuestro DESIGNIO HUMANO, es decir, de nuestra IDENTIDAD distinta como especie y dialéctica en cuanto a género (femenino/masculino), de nuestra DIGNIDAD como seres útiles y benignos para la sociedad y la Natura, de nuestra TRASCENDENCIA, en la espiral infinita del espacio y el tiempo, como recreadores perfectibles de lo ya existente.
El reto FORMATIVO de la EDUCACIÓN es lograr el 90% o más de niños trascendentes.
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